El neuromarketing es una disciplina del marketing que analiza los procesos cerebrales, apoyándose en la neurociencia, para conocer las motivaciones de las personas a la hora de tomar decisiones. De esta forma aprovecha esa información para promover la compra de un determinado producto.
Los tres componentes principales del cerebro: la paleocorteza, la arquicorteza, el neocortex tratan de dar respuestas cerebrales de los consumidores hacia estímulos concretos, evocando emociones positivas a través de la imagen, olor u otro tipo de estímulo. Las dos primeras partes de la corteza cerebral, controlan los procesos más instintivos y básicos de la conducta animal. En la tercera, se encuentran los procesos cognitivos superiores tales como el razonamiento y el lenguaje. Ahora bien, de todas estas regiones, la más atractiva e interesante es el sistema límbico.
En cuanto al género musical, suele ir asociado a la imagen de la marca y, por ello, está relacionado con el público objetivo. Una ambientación musical con éxitos de los 70 atraerá a personas de edades superiores a los 60 años, pues coincidirá con su época de la adolescencia y les evocará recuerdos de su añorada juventud, en la mayoría agradables. Si por el contrario, utilizamos música actual, por ejemplo de la cantante Rosalía, es evidente que está dirigido al público juvenil.
Las ventajas que podemos conseguir al aplicar el neuromarketing al music business son:
1. Usar un tempo rápido
Este tiempo afecta a la activación fisiológica y modula la rapidez o lentitud de nuestros movimientos y decisiones. Los tempos rápidos se aconsejan en aquellos momentos del día en los que la afluencia de la gente es mayor, para dinamizar el proceso de compra y evitar así aglomeraciones.
2. Emplear a veces los tempos lentos
Suelen ser útiles cuando en el establecimiento hay pocos clientes, lo cual les invita a permanecer más tiempo (con la esperanza de que consuman más). En un restaurante de clase alta, donde los precios son elevados y de acorde al público que lo visita, difícilmente serán amenizados con un género musical estridente y rápido. Aquí interesa que los clientes permanezcan más tiempo y ello se facilita con un género adecuado musical (clásica, popular o chill out) que aporte sosiego y tranquilidad. Así, después del café seguro que se seguirá con alguna que otra copa, lo cual repercutirá positivamente en la caja del restaurante.
3. Jugar con los volúmenes de reproducción
Usar los volúmenes de reproducción altos o bajos dependiendo del contexto y del público al que se quiera atraer. Un volumen de reproducción alto atrae a un público esencialmente joven y rechaza a las personas de edad avanzada, a quiénes les resulta molesta la música a altos volúmenes. Por otra parte, la exposición a una música de alta frecuencia disminuye la concentración y la atención que podemos prestar, por ejemplo a los precios e incita a tomar decisiones rápidas.
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